18 nov 2012

Presente y futuro de Philadelphia 76ers.



Los 76ers acabaron la pasada temporada regular en octava posición. En playoffs, y tras la lesión de Rose, eliminaron a los Bulls y cayeron en 7 partidos ante los orgullosos Celtics en semifinales de conferencia. Sin embargo, y pese al buen año del equipo, se tomo parte en el traspaso del verano.

El 10 de agosto de 2012, en un movimiento que implicó a 4 equipos, se envio a la estrella del equipo Andre Iguodala a Denver Nuggets mientras los 76ers recibían a J.Richardson, proveniente de Orlando Magic, y al pívot Andrew Bynum, de LA Lakers. Las reacciones fueron inmediatas ante un traspaso de tal magnitud. La mayoría de expertos y aficionados afirmaban que los 76ers salían muy beneficiados del traspaso, teniendo al fin una referencia interior poderosa. Al pívot se le juntaba una línea exterior formada por los jóvenes y talentos Jrue Holiday, Evan Turner, Thaddeus y Nick Young y los aleros Dorell Wright y el recién adquirido Jason Richardson.

Con este roster, los de Pensilvania intentarían convertirse en un equipo contender. Sin embargo, uno de los mayores riesgos del traspaso se está cumpliendo. El pívot venia de Los Ángeles con un amplio historial de lesiones en sus rodillas. De momento, las peores previsiones se están cumpliendo. Arrastraba una lesión en la rodilla derecha, y la recuperación no esta siendo la mejor. Por si fuera poco, se le ha detectado un problema en el cartílago de la otra rodilla. La última fecha dada por los médicos del equipo para el regreso del interior a las canchas es para el 10 de diciembre, pero no parece que se vayan a cumplir los plazos.

El problema de que no pueda jugar durante esta campaña es que solo tiene un año de contrato, y si da muestras de su potencial es posible que se vea atraído por otra franquicia, dejando plantados a los 76ers y habiendo gastado a Iguodala en un traspaso sin recompensa.

El futuro del equipo pende de un hilo, el mismo del que penden las rodillas de Bynum.


Alejandro León.